-Escaldamos el ajo para que pierda parte de su intensidad, preservando el perfume. Lo picamos bien pequeño y lo reservamos.

-Salamos y batimos los huevos, pero no demasiado. Sin que llegue a ser una mezcla totalmente homogénea.

-Incorporamos ajo y perejil, todo finamente picado.

-En una sartén caliente antiadherente y con un poco de aceite, vertemos los huevos.

-Después de unos segundos, cuando la tortilla empieza a cuajarse, pero todavía está cruda por encima, se añaden los germinados. Es el momento de cerrar la tortilla en forma de media luna. El objetivo es que el interior sea cremoso y los brotes casi ni se cocinen.

-Podemos decorar con unos pocos germinados crudos por encima o como acompañamiento.