En la cocina

Los germinados, como alimentos vivos que son, mantienen durante mucho tiempo sus cualidades nutricionales si los tratamos adecuadamente. Para obtener todos sus beneficios y mantener sus características organolépticas es conveniente seguir una serie de normas.

CRUDO O COCIDO?

Consumirlos crudos es la mejor manera de asimilar todos sus nutrientes y apreciar sus calidades organolépticas en plenitud. Pero no hay que cerrar puertas. Cocciones cortas y poco agresivas también dan buenos resultados. El calor puede aportar sabores y aromas nuevos como con cualquier vegetal. Para saber más, visita elapartado de recetas.

CONSERVACIÓN:

Para evitar que los germinados continúen desarrollándose y puedan llegar a estropearse, es conveniente conservarlos en el frigorífico y con su envase bien cerrado. El frío inhibe el proceso de crecimiento de la planta y su degradación, alargando su vida útil. Con todo, siempre es recomendable lavarlos antes de consumirlos.

También hay que tener en cuenta que los germinados, como seres vivos que son, reaccionan a los elementos que los rodean. En este sentido, si quedan expuestos a la luz, puede variar su coloración, tendiendo al verde de la fotosíntesis en la mayoría de casos.

En ocasiones, si nos fijamos detenidamente, también podremos comprobar como algunos germinados desarrollan pequeños filamentos blanquecinos que parten de la que sería su futura raíz. No son más que eso, el inicio del desarrollo del sistema radicular de la planta.

INTENSOS O SUAVES?

Del mismo modo que los germinados concentran las propiedades nutricionales de la planta, a menudo lo hacen con el sabor y el aroma. Es por eso que conviene aprender a combinar los de sabor más intenso con los que nos aportan matices más sutiles. A modo de ejemplo, un pellizco de germinado de cebolla o de rábano es suficiente para aportar suficiente gusto, y también atractivo visual, a una ensalada con la alfalfa como protagonista. Para saber más, visita elapartado de recetas.

PARA TODOS:

La amplia variedad de germinados que ofrece Brot d’Or hace que haya para todos los gustos y necesidades. Leguminosas como los guisantes o las lentejas son una buena fuente de proteínas para quien siga una dieta vegetariana o vegana. De la misma forma, la alfalfa y el brócoli, por su alto contenido en calcio, son muy indicados para personas que necesitan fortalecer los huesos y frenar su deterioro (niños, ancianos…).

¡Disfruta del sabor auténtico de cada germinado y de su particular textura crujiente!

En la cocina

¡Disfruta del sabor auténtico de cada germinado y de su particular textura crujiente!